La Abrazoterapia lo sana todo
Los abrazos son beneficiosos para todas las personas a muchos niveles.
Físicamente: Actúa directamente sobre el sistema linfático, las hormonas y endorfinas, el sistema nervioso parasimpático, el sistema inmune, para poder relajarse y soltar el estrés.
Emocionalmente: Sana la depresión y la rabia contenida. Ayuda a superar miedos en la vida. Mejora de la autoestima y la seguridad personal al sentirse amado y aceptado.
Relaciones: Reconciliación contigo, con los padres (vivos o muertos), con parejas y ex parejas, con los hijos, ... … Aprender a estar relajado y presente en la intimidad, para poder disfrutar de las relaciones.
A niveles más profundos aporta sanación de traumas en casos de violencia, pérdidas, enfermedades, crisis emocionales.
Físicamente: Actúa directamente sobre el sistema linfático, las hormonas y endorfinas, el sistema nervioso parasimpático, el sistema inmune, para poder relajarse y soltar el estrés.
Emocionalmente: Sana la depresión y la rabia contenida. Ayuda a superar miedos en la vida. Mejora de la autoestima y la seguridad personal al sentirse amado y aceptado.
Relaciones: Reconciliación contigo, con los padres (vivos o muertos), con parejas y ex parejas, con los hijos, ... … Aprender a estar relajado y presente en la intimidad, para poder disfrutar de las relaciones.
A niveles más profundos aporta sanación de traumas en casos de violencia, pérdidas, enfermedades, crisis emocionales.
Sanando al niño interior y mejorando la autoestima
La Abrazoterapia repara daños a la infraestructura neurológica
facilitando la sanación a todos los niveles. Nuestro niño interior quiere
sentirse querido, abrazado y escuchado. Cuando reprimimos los impulsos del niño
interior, el adulto se convierte a veces en alguien frío, distante o que
constantemente se queja de todo lo que le pasa. Las heridas emocionales que
sufrimos cuando éramos críos también siguen ocultas y latentes en la
personalidad del niño que llevamos dentro, y éstas salen a la superficie muchas
veces en forma de creencias, comportamientos, miedos y limitaciones de todo tipo.
Para decirlo de forma clara, el niño interior es un ser real que habita en el fondo de nuestra conciencia, que tiene voz propia y que se mantiene ahí intentando ser escuchado y no reprimido.
Uno de los objetivos principales de la Abrazoterapia es proporcionarte la experiencia de sentirte
totalmente abrazado, aceptado y amado para que tú puedas incorporar esta sensación y
aumentar tu autoestima, a través del abrazo que llega a lo mas profundo de tú niño interior.
En el útero y en la infancia nos construimos a muchos niveles, creando la infraestructura neurológica de nuestro cuerpo y salud, nuestro carácter y nuestra manera de relacionarnos. Se crea esta infraestructura del niño, en gran parte en relación con el ambiente (ecología) física, emocional y relacional donde uno crece.
El útero y el acompañamiento de los padres en la infancia es el abrazo primario' que nos debe trasmitir confianza en nosotros, la convicción de que somos amados y la convicción de que nuestras necesidades tienen valor y que esta bien pelear por ellas. Es esencial que el niño se construya y modele en este ambiente (padres, barrio, cultura, escuela, ..) porque este niño debe aprender (programarse) a sobrevivir precisamente en este ambiente. El ambiente en el que nos construimos, con nuestros padres, el barrio, la escuela :
- Tenía sus propias heridas e ignorancia, era limitado, no sabía respetar nuestra vulnerabilidad y nuestro proceso de crecimiento
- No sabían acompañarnos - nos invadían y nos abandonaban en diferentes momentos
- Nos enseñaban algunos comportamientos y creencias destructivas
ambientes lleno de humillaciones, de temores y tabúes, de presiones y prejuicios, de normas basadas en la vergüenza y el autoritarismo, de corrupción y deformaciones, de ambientes de rabia, de celos, de represión, de desamor, de
arbitrariedades e injusticias, de incomprensiones y de violencias.
A veces, éstas son visibles, pero la mayoría de veces son invisibles; siendo partes de la estructura de nuestra cultura.
No sabían darnos este 'abrazo primario' que necesitábamos para crecer confiados en nosotros mismos y en nuestras necesidades. Pero nuestro niño interior no ha desaparecido, no ha dejado paso al adulto y se ha ido sin más, sino que se ha
convertido en un componente oculto y reprimido en la mayoría de los casos de nuestra personalidad a la cual no le damos salida. Podemos estar anclados en estas experiencias de invasión o abandono, que se manifiestan en relaciones
insatisfactorias y problemas de salud.
Un niño está polarizado en recibir, porque es evidente que él no puede prescindir del apoyo que le dan los adultos para su supervivencia.
Los científicos pensaban que una vez construida, no se podía cambiar la infraestructura neurológica. En los últimos 30 años se han empezado a comprobar que algunos cambios sí se puede efectuar. Y lo que facilita estos cambios tiene que ver con el 'abrazo primario', tacto, mirada, la agradable y amorosa estimulación de los sentidos.
La Abrazoterapia vuelve a sanar este 'niño interior' que sigue herido. La tarea más importante de nuestra vida es entrar en
contacto con nuestro niño interior, abrazarlo, valorizarlo, vivir con él toda la vida. El terapeuta ocupa el rol de buena madre o buen padre para dar al niño interior una vivencia de amor y aceptación. Desde ahí el cliente puede reconstruirse desde el amor.